La Integración del Psicodrama con otras Terapias

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La Integración del Psicodrama con otras Terapias

En este post quiero describir la integración del psicodrama con otras psicoterapias en la terapia de grupo. Veremos su relación con el psicoanálisis, la terapia Gestalt y la visión sistémica. El propósito del artículo es mostrar que la integración de diferentes terapias con el Psicodrama hace más rica su práctica, con lo que beneficia a las necesidades de los clientes o pacientes.

El Psicodrama surge de la terapia de grupo. Ambas fueron ideadas por Jacob Levy Moreno, psiquiatra, psicosociólogo y educador. En el siguiente enlace te explico en qué consiste el Psicodrama y cómo se relaciona con la terapia grupal.

La Terapia Grupal

La terapia grupal es una rama de la psicología. También es una rama de la sociología, puesto que es necesario traspasar los límites individuales y abarcar la salud psíquica de varios individuos en conjunto.

Un aspecto básico para la integración del Psicodrama con otros tipos de terapia en la terapia grupal es nunca perder de vista los objetivos. No se trata de mezclar diferentes técnicas sin ton ni son, como si se tratase de un batido, sino que consiste en determinar el propósito de la psicoterapia para un grupo concreto y después añadir sólo aquello que se confíe mejorará el resultado.

Lectura recomendada: 9 Súper Beneficios de la Terapia de Grupo

Orientaciones Teóricas

Las orientaciones teóricas principales que influyen en las integraciones que explicaré más tarde son, fundamentalmente, estas:

  • Terapia de grupo psicoanalítica
  • Dinámica de grupos
  • Psicodrama

A su vez, los marcos teóricos de referencia de estas diferentes orientaciones son diversas: psicología social, el psicoanálisis, la teoría de los roles, la terapia Gestalt, la teoría general de sistemas, etc.

Me gustaría presentarte brevemente cada una de las orientaciones, para que tengas una leve idea de en qué consisten y así comprender después mejor cómo se pueden integrar con el Psicodrama.

La Psicoterapia Psicoanalítica de Grupo

Freud nunca realizó psicoterapia grupal porque su orientación era individual y centrada en el inconsciente. La psicoterapia de grupo psicoanalítica se apoya en el psicoanálisis (también en la Gestalt y en la Teoría del Campo de Lewin) en tanto en cuanto la posición de los miembros del grupo, la consideración de que el total del grupo es más que la suma de sus partes, y las transferencias laterales entre los miembros del grupo, son algunos aspectos específicos del grupoanálisis.

La Dinámica de Grupos

La dinámica de grupos busca explicar los cambios que se producen en los grupos como resultado de las condiciones que influyen en ellos como un todo, y cómo reaccionan los integrantes. Sus trabajos han servido para el análisis de los factores terapéuticos de los grupos y de otros fenómenos grupales como la cohesividad (el lazo que vincula a los miembros del grupo con el grupo). La dinámica de grupos como línea teórica tiene influencias de la Teoría General de Sistemas, por ejemplo.

El Psicodrama

Aunque sí recoge del psicoanálisis que las psicosis se producen cuando la persona tiene a veces dificultad en diferenciar fantasía y realidad, el psicodrama sostiene que el Yo emana de una serie de roles que la persona va desempeñando a lo largo de su vida, cosa que es contraria a lo que afirma el psicoanálisis. Se centra más en el encuentro interhumano que en las interioridades psíquicas del sujeto, aunque también las tiene en cuenta. Por supuesto tiene su base, directamente, en la terapia grupal, del mismo creador.

El Psicodrama establece la teoría de los roles, que se constituye alrededor de la idea de que todos ejercemos varios roles a lo largo de nuestra vida, roles que la teoría coloca en una serie de círculos concéntricos.

En el centro estarían los roles psicosomáticos o primigenios, conductas básicas que sustentarán a otros roles que surgirán con posterioridad, como Dormilón, Comilón, Llorón, etc. Por fuera de estos, los roles familiares como padre, madre, hermanas, amigos, compañeras, etc.).

El Psicodrama considera que el niño es un ser creador que, a medida que se va integrando en la familia, sociedad, civilización, va perdiendo su espontaneidad y por tanto su creatividad.

Esta lista tan breve, de solo tres orientaciones, no es excluyente en absoluto. Se pueden realizar muchas otras integraciones de tipos de terapia, de marcos terapéuticos e incluso de corrientes psicológicas, como por ejemplo con la terapia cognitivo – conductual.

Como decía en la introducción, la finalidad de este artículo es mostrar la riqueza de la integración del Psicodrama con otras diversas técnicas. Creo que conocer varias orientaciones terapéuticas puede, para muchos terapeutas, favorecer la práctica e incluso la creencia ciega en solo una de ellas. Pero también creo que, conocerlas en profundidad, puede favorecer la integración de varias, siempre y cuando los resultados sean probadamente mejores.

Psicodrama + Otras Terapias

Pasemos entonces ya a ver cómo se pueden integrar diferentes líneas teóricas con el Psicodrama.

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Psicodrama y Psicoanálisis

El psicoanálisis aporta la relación discursiva y asociativa que el psicodrama lleva a la escena y amplía del individuo al grupo y de lo interior al contexto. La dramatización logra que exterioricemos lo imaginario, con lo que nos permite el acceso a lo simbólico y así somos capaces de poner nuestra vida en perspectiva y tengamos la oportunidad de reelaborarla bajo un nuevo prisma, el de la creatividad espontánea.

Esta es la base sobre la que podemos decir que ambos tipos de terapia tiene características comunes. Veamos algunas características adicionales.

El coinconsciente

Una primera razón para integrar el psicodrama y el psicoanálisis es la presencia del coinconsciente en las sesiones de psicoterapia psicodramática. La noción moreniana de coinconsciente, proviene del psicoanálisis, pero su significado trasciende el ámbito individual para llegar al colectivo. Se entiende por coinconsciente cuando dos o más personas tienen una especie de afinidad por la cual piensan o sienten lo mismo ante hechos similares, incluso a distancia. En los grupos evolucionados existen muchos elementos coinconscientes que revelan los vínculos que unen a sus integrantes. Por ejemplo, ocurre cuando un protagonista elige como Yo auxiliar de su escena, sin saberlo de forma consciente, al participante que representa en su vida el mismo papel o que tiene un conflicto similar.

El mundo intrapsíquico

El psicodrama no solo trabaja con lo grupal, sino también con la relación del sujeto consigo mismo. Este hecho resulta una sorpresa para muchos terapeutas individuales para los que el psicodrama sólo es útil en los problemas relacionales y no en los intrapsíquicos, es decir, en los procesos psíquicos individuales.

La explicación es que la interpretación de un papel exterioriza el mundo intrapsíquico del protagonista, que revierte en el mundo relacional. Esto le ayuda a observar de nuevo una situación o conflicto, poniendo distancia entre él o ella mismos y lo ocurrido, lo que permite una reflexión más reposada.

Para que lo veas con un ejemplo. Imagina que tu pareja se te queja de que tu hermana, cada vez que os reunís, la trata con desprecio y ella se siente mal. Tú no lo ves. Lo dramatizas en una sesión de psicodrama representando la escena y sigues sin ver el “problema”. A continuación, otra persona interpreta tu papel y tú eres espectador. Ahora, desde esa perspectiva comprendes lo que desde tu propia interpretación no veías. La visión desde fuera te proporciona un insight interior mucho más cercano a tu Yo que la interpretación más acertada de un experto psicoterapeuta. La técnica psicodramática del cambio de roles incrementa la empatía y amplía la visión del mundo.

Lo simbólico

Por otro lado, el caldeamiento inicial de las sesiones debe mucho al psicoanálisis porque confronta a los participantes con sus resistencias. Por ejemplo, emplea la asociación libre, eso sí, grupal, el ensueño dirigido, o dramatizaciones grupales simbólicas. Todos estos ejercicios de caldeamiento permiten que el psicodramatista trabaje con las necesidades grupales, no con las suyas propias, así como mejorar la cohesividad del grupo y clarificar metas comunes.

El Psicodrama de los Sueños

En el psicodrama de los sueños, la interpretación y el análisis van más allá que con el inventor del inconsciente.

El diván se amplía a toda la sala y al conjunto de su vida. Primero, el protagonista recrea en la sala su dormitorio, que aporta multitud de datos sobre forma de ser. Se va a “dormir” y se introduce en el sueño y lo representa. Vivenciar lo que en el sueño resulta doloroso o representar los extraños personajes que afloran en el estado onírico, son experiencias enormemente saludables. Esta recreación da un contexto a cosas inconexas y otorga un significado a lo oculto. Cuando se llega a este estado, sobran las palabras desde fuera, porque el analista interior ha procesado sin generarle malestar.

El Grupoanálisis

No se puede dejar de hablar del grupoanálisis, que sería el psicoanálisis individual, traído al grupo. Sus aportaciones son muy prácticas para el terapeuta grupal y le permiten una lectura del grupo con más de una perspectiva. La dramatización de un protagonista representa a un conjunto de miembros del grupo y tiene una conexión con la evolución del mismo.

Sin embargo, la reducción al ámbito verbal diferencia el grupoanálisis del psicodrama, ya que este último permite una visión más flexible del dolor humano y una ampliación del repertorio grupoanalítico. El psicodrama recibe del grupoanálisis una visión más holística del conjunto del grupo y una lectura grupal de la dramatización realizada por un protagonista.

Otros aspectos inherentes a la situación grupal son la asociación de escenas, que combina el pensamiento psicoanalítico y psicodramático y lleva a mundos intrapsíquicos inexplorados; la resonancia de escenas, donde el inconsciente circula y se refleja en los demás componentes del grupo.

Psicodrama y Terapia Gestalt

Las relaciones entre ambas corrientes son muy fecundas. La Gestalt propicia el cambio de roles entre la figura y el fondo, es decir entre la persona y su decorado, de forma imaginaria. El psicodrama propone encarnar lo imaginario en la escena. 

Humanizar objetos

El introducirse en los objetos (ser los objetos), aporta mucha profundidad al psicodrama. Los objetos se expresan a través del participante, y lo hacen de forma tan clara que muchas de las dudas que el protagonista había planteado en la psicoterapia de grupo desaparecen.

Los Sueños de nuevo

Otro aspecto capital de la Gestalt es el psicodrama de los sueños. Como decía antes, el psicodrama de los sueños clásico comienza por diseñar el dormitorio, meterse en la cama e introducirse en el sueño. Cuando el sueño tiene un componente relacional evidente, el resultado es satisfactorio y no se precisa de otros recursos. De lo contrario, se indica al protagonista volver a soñar para trasformar el sueño, o se le sugiere que se convierta en alguno de los objetos simbólicos que aparecen en el sueño. Esto demuestra cómo la Gestalt potencia el psicodrama.

Psicodrama y Teoría General de Sistemas

Bertalanffy no pudo dar respuesta a una pregunta crucial que se hacía: ¿qué es la vida?, pero su investigación supuso un salto cualitativo en la comprensión y desarrollo de la teoría de sistemas, entendiendo por sistema a un conjunto de elementos que funciona como un todo. En su investigación, dio en el clavo con ideas que transformaron radicalmente nuestra visión del mundo:

  • el todo es más que la suma de sus partes;
  • el todo determina la naturaleza de las partes;
  • las partes no pueden comprenderse si se consideran aisladas del todo;
  • las partes están interrelacionadas o son interdependientes.

Los logros de Bertalanffy tuvieron el gran mérito de apuntar al todo y sus partes. Afirmaba que las propiedades de los sistemas no pueden describirse en términos de sus elementos por separado. La compresión de los sistemas sólo ocurre cuando se estudian globalmente, involucrando todas las interdependencias de sus partes. Es decir, que para comprender el funcionamiento de una totalidad es necesario entender el funcionamiento de sus partes y su papel en el desempeño global. Igual que el sistema nervioso y el sistema respiratorio del ser humano son decisivos para su desempeño integral, también la cultura o la política son decisivas para comprender a la sociedad.

Así, se define un sistema como una entidad con partes interrelacionadas o interdependientes y cuya suma es mayor a la suma de sus partes. El cambio de una parte del sistema afecta a las demás y, con esto, al sistema completo, generando patrones predecibles de comportamiento. A menudo los sistemas existen para cumplir un propósito común que también contribuye al mantenimiento del sistema y a evitar sus fallos.

Siguiendo entonces la Teoría General de Sistemas, podríamos decir que la escena en la representación psicodramática es un sistema, ya que se exponen las interacciones de los protagonistas y sus vidas a la vez que reflejan las del grupo y sus propias relaciones interpersonales. Cuando el protagonista pasa por los diversos papeles de su sistema familiar o social, adquiere una percepción más clara de su situación. A veces esta identificación es suficiente para que el sujeto rectifique su antigua forma de actuar.

En definitiva, la visión sistémica da al trabajo psicodramático una amplitud de miras que se extiende no solo a familias y otras estructuras sociales. La visión psicodramática otorga una actuación más flexible, donde la creatividad sirve para fomentar la comunicación de los afectos en las familias y otros grupos sociales.

Psicodrama y Terapia con Alma

No es que considere que la terapia que he ideado y que he llamado Terapia con Alma se pueda considerar un marco teórico de la terapia, ni mucho menos. Sin embargo, sí que considero que la integración del psicodrama con la Terapia con Alma es totalmente compatible.

Pero, ¿qué es la Terapia con Alma?

La terapia “al uso” no suele abarcar más que el aspecto emocional y la psique, cuando sabemos a ciencia cierta que el ser humano no es solo un ente mental, sino también espiritual. La Terapia con Alma abarca también este aspecto, esencial para el bienestar y la armonía completas de las personas. Que casi siempre ignoremos esta dimensión del ser humano, no quiere decir que sea inexistente. Todos tenemos una dimensión espiritual; lo queramos ver o no, la queramos atender o no.

La finalidad de la Terapia con Alma es combinar nuestra dimensión psíquica y espiritual en las sesiones. Esto se puede hacer posible a través del psicodrama. No siempre incorporo la Terapia con Alma con el psicodrama. Todo depende de las necesidades y expectativas concretas que tenga la persona o el grupo.

En el siguiente artículo te explico cómo surgió y en qué consiste la Terapia con Alma.

Conclusión

La integración no es mera adición de una teoría sobre otra. Al hacerse, ha de ser siempre por una buena causa y con una finalidad concreta y es necesario un buen conocimiento de la teoría básica. De lo contrario, es preferible emplear la técnica que el terapeuta use habitualmente.

Lo que sí está claro es que la integración de diversos modelos de psicoterapia previene el fundamentalismo de una sola.

Con todo lo anterior, estas son las conclusiones, que se resumen en que la integración de diferentes psicoterapias permite ampliar el punto de vista de la base teórica inicial y, sobre todo, enriquece la práctica al hacerse más flexible y adaptarse mejor a las necesidades de los clientes.

Otras Referencias / Bibliografía:

Espina Barrio J.A. “Aproximación Psicodramática a las Psicosis”, Rev. A.E.N., 1989
Espina Barrio J.A. “Psicodrama de los Sueños. Integración de Psicoanálisis, Psicodrama y Gestalt”, Rev. A.E.N., Vol. XI, 1991
Perls F. “Sueños y Existencia. Terapia Gestáltica”, Santiago de Chile, Cuatro Vientos Editorial, 1974

  

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