Diferentes Enfoques de Terapia: cuál elegir

diferentes enfoques de terapia cual elegir

Hay diferentes Enfoques en Terapia: ¿Cuál elegir?

Posiblemente habrás notado la sorprendente cantidad de enfoques disponibles en terapia, si estás pensando en probarla. Aunque algunos enfoques terapéuticos (tipos de terapia, categorías, métodos, como los quieras llamar) funcionan mejor para cuestiones muy específicas, otros pueden ayudar con una amplia variedad de ellas.

Qué esperar de la Terapia en general

En terapia, trabajarás con un profesional capacitado y, lo que hagas en cada cita dependerá mucho de los problemas que desees abordar, por un lado, y de los enfoques terapéuticos preferidos de tu terapeuta, por otro. Emplee el enfoque de terapia que emplee, lo que sí has de esperar es estar bastante tiempo hablando sobre situaciones, emociones y comportamientos que suponen un reto para ti y que afectan a tu vida, tus relaciones o tu bienestar.

Igualmente, la terapia en la mayoría de sus enfoques implica trabajar con algunos episodios difíciles, pensamientos angustiantes y emociones. Puede parecer algo difícil en el momento, pero el resultado final suele ser una vida más feliz y satisfactoria, con un grado de bienestar emocional superior al que tenías cuando comenzaste y recordarás esa primera sesión de terapia como algo lejano.

Los 4 Enfoques de Terapia Fundamentales

Los-4-Enfoques-Principales-de-psicoterapia

Psicoterapia no hay una sola.

Como ya sabrás, la psicoterapia es una especialidad del campo de la psicología, aunque hay muchos psicólogos que no son terapeutas y muchos terapeutas que no son psicólogos. No es suficiente ser psicólogo para poder ejercer la psicoterapia, sino que hay que estudiar la especialidad concreta para poder denominarse “terapeuta”.

Dentro de la aplicación o intervención terapéutica hay docenas de enfoques diferentes, según el marco, escuela e incluso categoría en que se incluyan. Habrás oído hablar, por ejemplo, del psicoanálisis, uno de tantos enfoques. Además, hay enfoques terapéuticos que son especialmente indicados para ciertas condiciones, mientras que hay otros enfoques más flexibles, es decir, que son útiles para multitud de condiciones, problemas o trastornos.

Aunque las terapias complementarias (yoga, meditación, etc.) pueden ser efectivas y positivas para tu salud, ten mucho cuidado con otros tipos como las pseudoterapias y algunas terapias naturales y alternativas. Muchas de estas pseudoterapias no están avaladas o incluso son contraproducentes según el Ministerio de Sanidad. No hagas caso de charlatanes y CONSULTA SIEMPRE a algún experto (en breve publicaré algún artículo al respecto).

Aclarado lo anterior, quiero presentarte los 4 enfoques de terapia más comunes e importantes de la actualidad. De algunos de ellos pueden surgir otros. En cada sección de debajo, he querido explicar un poco sobre cada uno de estos enfoques, cómo funciona y para qué condiciones o problemáticas estaría especialmente indicado. De esta forma te será más fácil poder elegir que enfoque terapéutico te conviene más. ¡Eso espero!

Los 4 enfoques terapéuticos principales son:

  • El Enfoque Psicodinánico, basado en el Psicoanálisis
  • El Enfoque Conductual
  • El Enfoque Cognitivo – Conductual y
  • El Enfoque Humanista (en el que yo baso mis intervenciones y mi Terapia Con Alma)

Terapia Psicodinámica

La terapia psicodinámica se desarrolló a partir del psicoanálisis, un enfoque a largo plazo para el tratamiento de la salud mental.

En psicoanálisis, puedes esperar hablar sobre cualquier cosa que tengas en mente para descubrir patrones en tus pensamientos o comportamientos que podrían estar contribuyendo a la angustia o malestar. Como en el psicoanálisis, en la terapia psicodinámica también es común hablar sobre tu infancia y tu pasado, junto con los sueños o fantasías recurrentes que puedas tener.

Cómo funciona el enfoque psicodinámico

En el enfoque psicodinámico, trabajarás con un terapeuta con el fin de explorar la conexión entre tu mente inconsciente y tus acciones. Esto implica examinar tus emociones, relaciones y patrones de pensamiento.

La terapia psicodinámica puede ser un enfoque a más largo plazo en comparación con la terapia cognitivo – conductual (TCC) y otros tipos de terapia. El psicoanálisis tradicional es una forma intensiva de tratamiento al que las personas pueden acudir durante años.

La investigación sugiere que muchas personas continúan mejorando incluso después de completar la terapia psicodinámica.

Para qué está especialmente indicado

La terapia psicodinámica puede ser una buena opción para abordar:

  • Depresión y ansiedad
  • Trastornos de la alimentación
  • Síntomas somáticos
  • Trastorno por uso de sustancias
  • Variedad de otras condiciones

Terapia Conductual

La terapia conductual es un enfoque orientado a la acción.

Según la teoría del comportamiento, ciertas conductas se desarrollan y afianzan a partir de cosas que aprendimos en el pasado. Algunos de estos comportamientos y actitudes pueden afectar tu vida de manera negativa o causar malestar.

La terapia conductual puede ayudarte a cambiar tus respuestas conductuales.

Cómo funciona

En la terapia conductual, no pasarás mucho tiempo hablando de las razones inconscientes de tu comportamiento ni trabajando en tus dificultades emocionales, sino que el proceso se enfocará en dar con formas de cambiar tus reacciones y patrones de comportamiento que te causan angustia.

Sub – enfoques de la Terapia Conductual

Hay muchos subtipos de terapia conductual, que incluyen:

Desensibilización sistemática

La desensibilización sistemática combina ejercicios de relajación con la exposición gradual a algo que temes. Esto puede ayudarte a acostumbrarte lentamente a reemplazar los sentimientos de miedo y ansiedad con una respuesta de relajación.

Terapia de aversión

En la terapia de aversión, se aprende a asociar el comportamiento que se desea cambiar con algo que es incómodo o desagradable de alguna manera. Esta asociación puede ayudarte a detener el comportamiento que te está haciendo daño.

Inundación

Es similar a la desensibilización sistemática, pero implica enfrentar tus miedos directamente desde el principio, en lugar de hacerlo gradualmente. Si tienes fobia a los perros, por ejemplo, el primer paso de exposición podría ser sentarse en una habitación con perros amigables y juguetones. Con la desensibilización sistemática, por el contrario, el primer paso de exposición podría ser mirar imágenes de perros.

Para qué está especialmente indicado el Enfoque Terapéutico Conductual

La terapia conductual puede ser una buena opción para abordar:

  • Ansiedad y fobias
  • Trastorno por uso de sustancias
  • Déficit de atención e hiperactividad (TDAH)
  • Trastorno obsesivo – compulsivo (TOC)
  • Comportamientos desafiantes y de oposición
  • Problemas de comportamiento que resultan de dificultades de comunicación o desafíos emocionales.

Recuerda que puedes consultarme de forma confidencial y gratuita usando este formulario:

Terapia Cognitivo – Conductual

La terapia cognitivo-conductual es un enfoque a corto plazo, hasta cierto punto similar a la terapia conductual (deriva de ella, combinándose con la terapia cognitiva, obviamente), que aborda también patrones de pensamiento inútiles, problemáticos, negativos…

La idea detrás del enfoque Cognitivo – Conductual es que ciertos sentimientos o creencias que tenemos sobre nosotros mismos o situaciones en nuestras vidas pueden provocarnos angustia o malestar.

Esta angustia puede contribuir a los problemas de salud psíquica y emocional, ocurrir junto con ellos o desarrollarse como una complicación de otros problemas de salud psíquica.

Cómo funciona este enfoque

En las sesiones de Terapia Cognitivo – Conductual, trabajarás en la identificación de patrones y aprenderás cómo podrían afectarte negativamente. Con la guía de tu terapeuta, explorarás formas de reemplazar patrones de pensamientos o comportamientos negativos por otros que sean más útiles y adaptativos.

Al igual que la terapia conductual, la Terapia Cognitivo – Conductual no dedica mucho tiempo a abordar sucesos pasados, sino que se centra en abordar los síntomas existentes y realizar cambios para que el malestar desaparezca o al menos disminuya.

Esta terapia a menudo implica tareas o práctica fuera de la sesión. Por ejemplo, el terapeuta podría pedirte que realices, entre sesiones, un seguimiento de tus pensamientos negativos o de las cosas que te preocupan, tomando notas en un diario. Esta práctica ayuda a reforzar lo que aprendes en terapia y a aplicar tus nuevas habilidades a situaciones cotidianas.

Sub – Enfoques de la Terapia Cognitivo – Conductual

Como en el anterior enfoque terapéutico que hemos visto, también hay algunos sub – enfoques de la Terapia Cognitivo – Conductual:

Terapia dialéctica conductual

Este enfoque utiliza las habilidades de la Cognitivo – Conductual, pero prioriza la aceptación y la regulación emocional. Puedes esperar trabajar en el desarrollo de habilidades para hacer frente a situaciones angustiantes o desafiantes. También puedes aprender a aceptar y lidiar con las emociones difíciles cuando surgen.

Terapia racional emotiva

Este enfoque te ayuda a aprender a desafiar las creencias irracionales que contribuyen a la angustia emocional u otros problemas. La idea detrás de la terapia emotiva racional es que reemplazar los pensamientos irracionales por otros más racionales puede mejorar su bienestar.

Terapia especialmente indicada para

El enfoque Cognitivo – Conductual puede ser una buena opción para abordar:

  • Trastornos del estado de ánimo, como depresión y trastorno bipolar
  • Ansiedad y fobias
  • Trastornos de la alimentación
  • Trastornos por uso de sustancias
  • Trastorno obsesivo – compulsivo (TOC)
  • Insomnio
  • Algunos síntomas de esquizofrenia

Terapia Humanista

La terapia humanista es un enfoque que (más info en ese enlace) analiza cómo tu visión del mundo afecta las decisiones que tomas, especialmente las que te causan angustia o malestar. Se basa en la creencia de que tú eres la persona más indicada para comprender tus experiencias y necesidades.

Los terapeutas humanistas trabajan para ayudarte a comprender mejor lo que estás experimentando, ofreciéndote orientación y apoyo sin interpretar tus sentimientos por ti.

Cómo funciona la Terapia Humanista

Tu terapeuta te ayudará a trabajar hacia el objetivo de vivir tu vida de forma más satisfactoria, en gran parte permitiéndote ser tu verdadero “yo”. Pasarás tiempo explorando formas de crecer y aumentar la auto-aceptación junto con la discusión de los problemas que estás enfrentando.

Otro principio importante en la terapia humanista es la consideración positiva incondicional. Esto simplemente significa que tu terapeuta te aceptará, incluso si no está de acuerdo contigo en algunas cosas, pues este enfoque se basa en que cada uno tenemos una visión del mundo completamente distinta según nuestras experiencias, por lo que ninguna visión es errónea o incorrecta. La terapia humanista es particularmente útil para hacer frente al juicio negativo (percibido o real) de los demás.

Generalmente, serás tú quien dirija la sesión. Tu terapeuta intervendrá cuando sea necesario, pero en general, lo que más hará será escucharte de forma activa y solo te hará preguntas ocasionalmente para asegurarse de que comprende lo que estás diciendo.

Sub – Enfoques de la Terapia Humanista

Los sub – enfoques humanistas de la terapia incluyen:

Terapia existencial

En este enfoque filosófico, considerarás conceptos como la responsabilidad por tus elecciones y tu libertad para tomar decisiones. Es posible que dediques tiempo a hablar sobre lo que significan ciertas partes de tu vida para ti y cómo podrías encontrar un mayor significado en la vida (darle un mayor sentido).

Terapia Gestalt

Con este enfoque, observarás los problemas no resueltos, como los conflictos familiares y de relación, considerando cómo afectan tu bienestar emocional. La terapia Gestalt se enfoca en el momento presente y, a menudo, involucra juegos de rol o representaciones de escenarios con movimiento o visualización.

Psicodrama

En el psicodrama se utilizan herramientas de la Gestalt además de las teatrales y roles para expresarnos, no solo verbalmente sino también con nuestro cuerpo, a través de la interpretación de un papel. Vivenciar un suceso ayuda a practicar ciertas situaciones y a verlas desde diferentes perspectivas, posibilitando cambios en nuestras respuestas.

Terapia centrada en la persona

Este enfoque funciona desde la creencia de que la angustia emocional puede resultar cuando otros muestran desaprobación por sus elecciones o acciones o lo critican. Esto puede dificultar la auto-aceptación y el crecimiento. Los terapeutas ofrecen aceptación, empatía y orientación mientras trabajas tu desarrollo personal y cambio positivo.

Para qué está más indicada esta Terapia

La terapia humanista puede ser útil para abordar:

  • Problemas de autoestima
  • Dificultad para hacer frente a problemas de salud crónicos
  • Efectos de traumas
  • Depresión
  • Conflictos relacionales (familiares, laborales, de pareja…)
  • Trastorno por uso de sustancias
  • Sentimientos de inutilidad
  • Duelo o sentimientos de pérdida en la vida
  • Toma de decisiones

Entonces, ¿qué enfoque de terapia elegir?

En realidad, una pregunta así se debería contestar en cada caso individual.

No existe una psicoterapia que sea la mejor para todo el mundo y, en cambio, sí que existen enfoques terapéuticos diferentes que se ajustan mejor, tanto a las personas como a sus problemas individuales. Por eso yo te he recomendado conocer un poco de los distintos enfoques de psicoterapia en primer lugar.

Por tanto, como has visto, diferentes enfoques de terapia pueden irle mejor a según qué personas o tipos de problemas.

La terapia cognitivo-conductual puede funcionar mejor para personas que necesitan más orientación y un programa de trabajo estructurados, mientras que el psicoanálisis puede ser muy efectivo para personas con alta capacidad de introspección y necesidad de explorar en su pasado y en las causas profundas de su malestar. La Terapia Racional – Emotiva es adecuada para personas que sienten inquietud sobre los aspectos más bien filosóficos de la situación que está viviendo y las dificultades que presenta (como en psicoanálisis), mientras que la Sistémica, no mencionada arriba, es muy útil para conflictos relacionales y la neuropsicológica para personas que sufren de déficits cognitivos, demencias (como Alzheimer), trastornos orgánicos e incluso en algunos tipos de epilepsia.

En definitiva, con tantas opciones, puede resultar abrumador comprometerse con un tipo específico de terapia. Si has recibido un diagnóstico por parte de tu médico de familia, por ejemplo, entonces seguramente ya tendrás algunas recomendaciones de él o ella, basadas en tus necesidades.

Pero, al final, la elección es tuya. Ten en cuenta que muchos terapeutas utilizan una combinación de técnicas de diferentes enfoques de terapia. También es perfectamente normal probar un enfoque, descubrir que no funciona en tu caso personal y decidir probar otro diferente.

La terapia puede resultar compleja e incluso hasta cierto punto, difícil, independientemente del enfoque que se elija. Es posible que al principio te sientas incómodo o nervioso al hablar de síntomas, problemas, malestares, emociones y pensamientos personales con un extraño. Esto a menudo se vuelve más fácil con el tiempo, como ya explico en el post sobre tu primera sesión de terapia (tienes el enlace al principio de este artículo).

Lo importante es familiarizarse con los enfoques terapéuticos principales que he indicado y tratar de identificar con cuál seguramente nos sentiremos más cómodos y cuál podrá contribuir mejor a nuestro bienestar.

¿Y el Terapeuta? ¿Cómo lo elijo?

Para elegir bien un terapeuta, lo más aconsejable es hacer un poco de reflexión y otro poco de investigación. Reflexión sobre qué es exactamente lo que me gustaría solucionar, tratar o mejorar; y respecto a la investigación, se trata de indagar un poco en las modalidades de terapia (individual, de grupo, online y presencial) para ver cuáles se ajustan más a nuestra forma de ser o a nuestros gustos, así como el enfoque terapéutico que creemos va mejor con nuestros objetivos, etc.

En el siguiente post desgrano unos cuantos consejos básicos para que puedas encontrar un buen terapeuta. Aquí te voy a hacer un súper resumen de las recomendaciones que te doy en ese post, pero te aconsejo encarecidamente que lo leas antes de elegir terapeuta.

  • Piensa en qué problemas deseas abordar. ¿Qué cosas concretas te llevan a plantearte acudir a terapia?
  • ¿Hay algún rasgo específico que te gustaría que tuviese tu terapeuta? Por ejemplo, ¿te sientes más cómodo con alguien de un género concreto?
  • ¿Podrás encajar la terapia en tu horario? ¿Necesitas un terapeuta que pueda verte en un día específico de la semana? Además de conveniente en cuanto a logística, la terapia online es igual de eficaz que la presencial. ¿Irías tú a terapia online? Lo cierto es que son todo ventajas.

Ya sea que estés pasando por un momento difícil en la vida o tengas un problema que te cause malestar, leve o grave, tu terapeuta está capacitado para ayudar sin juzgar. Si crees que en tu caso no es así, entonces busca otro.

Recuerda que más arriba tienes el artículo en el que te doy muchos más consejos para saber cómo elegir un buen terapeuta. Y, sobre todo, recuerda también que no hay nada malo en querer cambiar de enfoque de terapia o de terapeuta si a ti no te funciona. Sigue intentándolo hasta que encuentres a alguien con quien te sientas bien.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.